jueves, 19 de mayo de 2011

Cuando volar se convierte en arte.

Los buenos sibaritas viajan generalmente en business, pero aquellos que tienen dinero hasta en los apellidos acaban optando por una opción mucho más glamourosa, mucho más peliculera, y obviamente, mucho más cara. Como no puede ser de otra manera, hablamos de los jets privados. Son cada vez más los millonarios que se deciden por este tipo de transporte, y también son cada vez más las empresas que deciden incorporar este tipo de aparatos en sus flotas, como eje fundamental de sus líneas de negocio.


El G650 de Gulfstream posee una autonomía nunca vista anteriormente en jets.

Y si alguien destaca en este tipo de aeronaves, es la compañía Gulfstream, que desde finales de los años 50 del pasado siglo XX se dedica a manufacturar estos palacios volantes. Y de todos los modelos disponibles, destaca el G650, buque insignia de la casa, y que es el jet privado con mayor alcance en el mundo, dentro de su segmento, y es el más rápido, con 0,925 Match, gracias a sus poderosos motores Rolls Royce.


El G650 es el mejor jet de su categoría. Gulfstream

Con capacidad para ocho pasajeros y una tripulación de cuatro personas, es capaz de realizar trayectos de hasta 13.000 kilómetros, e incluso ampliar su capacidad para hasta 18 personas. Es el más grande de los Gulfstream construído hasta la fecha, con más de 30 metros de largo y 30 de ancho, con una altura de más de 7 metros.  Con estas dimensiones es fácil imaginar el confort a bordo, complementado con un diván convertible en cama doble, televisor de 26" y muchos accesorios más.


Detalle del interior en una de sus múltiples configuraciones. Gulfstream

Gracias a esos nuevos motores y a una serie de mejoras en la configuración técnica y aerodinámica, el G650 es mucho más eficiente en el consumo, así como en versatilidad, siendo capaz de operar un despegue en menos de 2000 metros.  

Como suele ser habitual, los sibaritas, que no suelen escandalizarse con los precios, deberán poner sobre la mesa una generosa cantidad de dinero para poder hacerse con una maravilla como esta, concretamente 58 millones de dólares, lo que vienen a ser unos 41 millones de euros.

Todo en su interior está pensado para el más exigente de los sibaritas. Gulfstream

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